Aunque la meta de la Salvación en Cristo es la creación de un pueblo para el nombre de Dios, las personas entran a esta comunidad de uno en uno. Casi todos los aspectos de este ingreso al pueblo de Dios son obra del Espíritu, comenzando por la proclamación y revelación del Evangelio. A finales del siglo VIII, Carlomagno, rey de los francos, se convirtió en cristiano; por su “persuasión” toda la nación franca se
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